
Cada vez que escribo es para ti
No importa el auto que revienta contra un contén
los incendios de los olimpos vulgares del norte
o si se aparece la sangre
la bestia
amanecí con los sentidos golpeados
desbordando los instintos que me quedan
y aún así…
ya no se ven jóvenes nadando al otro lado del muro
ni precios para inventarnos
que íbamos a algún lado
la ciudad respira más rápido
la isla se hace pequeña ante la misma agua
y te sigo escribiendo
carajo
(intento hacerlo menos de dos noches seguidas
por si extrañaste el llanto pendiente a juicio)
Ahora los manifiestos no paran de pellizcar mi acera
la bicicleta comenzó a ir más lento
y el radio encendido me ladra.
Aún así…